La Historia de la humanidad está jalonada de momentos de grandeza y miseria, y en no pocas ocasiones , unos no pueden existir sin los otros. Uno de esos momentos, sin duda alguna, es el que comprende el período que abarca desde el nacimiento de la Res Pública romana hasta su decadencia y desaparición, con el advenimiento del Imperio.
Tras la debacle de los intentos democráticos de las ciudades-estados griegas, Roma supuso no solamente un nuevo intento, sino la consecución de la implementación, en gran medida, de un sistema democrático representativo, quizá mas rudimentario que los actuales, pero no por ello menos efectivo, y aderezado por un sistema jurídico-legal que por primera vez -y esto diferencia a Roma de otras civilizaciónes de la Antigüedad- es autónomo con respecto a las creencias religiosas y la prácticas de éstas, aunque en algunos aspectos existan conexiones relevantes.
En este blog, me propongo compartir con vosotros mi interés por esta cultura, y lo que ella supuso. Mi intención es centrarme en el periodo de tiempo que se extiende desde el final de la Monarquía, con la expulsión del último rey, Lucio Tarquinio el Soberbio (año 509 a.C) hasta el advenimiento del Imperio (27 a.C). Un período definido por el sistema republicano como forma de gobierno. Un periodo lleno de luces y sombras, en el que la democracia fue regada en no pocas ocasiones con la sangre de inocentes, y en el cual la moral democrática republicana convivió con la lucha mas brutal y despiadada por el poder. Un período que sin duda supone un paso fundamental en el constante aprendizaje de la humanidad en su devenir en este planeta.
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